Introducción
Si te encantan los pasteles suaves, ricos y mantecosos con una corteza perfectamente dorada, entonces debes probar este clásico bizcocho de mantequilla. Con su miga tierna, su dulzura delicada y su textura que se derrite en la boca, este pastel es perfecto para el desayuno, la hora del té o como base para postres en capas. A diferencia de otros pasteles, el bizcocho es denso pero suave, lo que lo convierte en un favorito atemporal para todas las ocasiones. Ya sea que se sirva solo, espolvoreado con azúcar en polvo o acompañado de fruta fresca y crema batida, este pastel nunca deja de impresionar. ¡Vamos a hornear esta delicia húmeda y sabrosa!
Ingredientes
- 2 tazas de harina común
- 1 cucharadita de levadura en polvo
- 1/4 cucharadita de sal
- 1 taza de mantequilla sin sal (ablandada)
- 1 1/2 tazas de azúcar granulada
- 4 huevos grandes
- 1 cucharadita de extracto de vainilla
- 1/2 taza de leche entera
- 1/2 cucharadita de ralladura de limón (opcional)
- Azúcar en polvo para espolvorear
Instrucciones
1. Prepara la masa
Precalienta el horno a 175 °C y engrasa un molde de pan de 9×5 pulgadas.
En un bol, mezcla la harina, la levadura en polvo y la sal. Reserva.
En otro bol grande, bate la mantequilla y el azúcar hasta obtener una mezcla suave y esponjosa, aproximadamente de 3 a 5 minutos.
2. Añade los huevos y los condimentos
Añade los huevos uno a uno, batiendo bien después de cada adición.
Incorpora el extracto de vainilla y la ralladura de limón para potenciar el sabor.
3. Combina los ingredientes secos y húmedos
Añade poco a poco la mezcla de harina en tres tandas, alternando con la leche.
Mezcla solo hasta que los ingredientes se integren, evitando batir en exceso para mantener el bizcocho suave.
4. Hornea hasta la perfección
Vierte la masa en el molde preparado y alisa la superficie.
Hornea durante 50-60 minutos o hasta que, al insertar un palillo en el centro, salga limpio.
Deja enfriar el pastel en el molde durante 10 minutos y luego transfiérelo a una rejilla.
5. Sirve y disfruta
Una vez que esté completamente frío, espolvorea con azúcar en polvo o acompaña con bayas y crema batida.
Corta y disfruta de este bizcocho húmedo y mantecoso.
Conclusión
Este clásico bizcocho de mantequilla es la combinación perfecta de exquisitez, suavidad y un dorado irresistible. Ya sea que lo sirvas solo, con café o como base para postres en capas, su sabor atemporal lo convierte en una receta imprescindible para cualquier pastelero. Sencillo pero elegante, es un bizcocho que nunca pasa de moda. ¡Prueba esta receta hoy y disfruta de cada bocado mantecoso!