Te cuento un secreto: las empanaditas de cajeta tienen ese poder mágico de desaparecer del plato en cuestión de minutos. No importa si las haces para un cafecito con amigos o como postre de domingo, ¡vuelan! Hoy te traigo una receta que mezcla lo tradicional con un toque casero que conquista a cualquiera.
¿Qué son las empanaditas de cajeta?
Las empanaditas de cajeta son una especie de pastelito relleno con cajeta, ese dulce de leche espeso y dorado que tanto nos gusta. Aunque se asocian más con la cocina mexicana, se han ganado su lugar en muchas casas hispanas, incluso en España, donde la gente se ha enamorado de su sabor cremoso y textura suave.
Son pequeñas, crujientes por fuera y con ese relleno pegajosito que te hace cerrar los ojos de gusto al primer bocado. Lo mejor de todo: se hacen con pocos ingredientes y no necesitas ser chef para que te salgan riquísimas.
Ingredientes
Para la masa:
- 2 tazas de harina de trigo
- 1 barra de mantequilla (aprox. 90-100 g), fría y en cubitos
- 1 huevo
- 3 cucharadas de azúcar
- 1 pizca de sal
- 1/4 taza de agua fría (puede variar según la textura)
Para el relleno:
- Cajeta al gusto (puede ser comprada o casera)
Para el acabado:
- 1 huevo batido (para barnizar)
- Azúcar extra para espolvorear (opcional)
Paso a paso para preparar empanaditas de cajeta
1. Prepara la masa
En un bol grande, mezcla la harina, el azúcar y la pizca de sal. Añade la mantequilla fría y desházla con los dedos hasta que parezca arena gruesa. Agrega el huevo y el agua poco a poco. Amasa lo justo hasta que todo se una (no hay que sobretrabajarla).
Forma una bola, envuélvela en film y mete a la nevera por unos 30 minutos. Esto ayuda a que la masa esté firme y sea más fácil de manejar.
2. Estira y corta
Pasado el tiempo, estira la masa con rodillo sobre una superficie enharinada. Deja un grosor medio, ni muy fino ni muy grueso. Con un cortador redondo (o un vaso, si quieres hacerlo a la antigua), corta círculos del tamaño de tu preferencia.
3. Rellena y sella
Coloca un poquito de cajeta en el centro de cada círculo. No te pases, que si te emocionas mucho se sale al hornear. Dobla la masa como una empanadilla y sella los bordes presionando con un tenedor.
4. Barniza y hornea
Precalienta el horno a 180 ºC. Coloca las empanaditas en una bandeja con papel vegetal. Barniza con huevo batido y, si quieres, espolvorea un poquito de azúcar encima.
Hornea por unos 20-25 minutos o hasta que estén doraditas.
Consejos prácticos para que salgan perfectas
- Usa cajeta espesa: si está muy líquida, se puede salir. Puedes refrigerarla antes para que esté más firme.
- No sobrecargues de relleno: ya sé, da tentación, pero menos es más.
- Hazlas con antelación: se pueden preparar y guardar en un tupper cerrado. Aguantan bien un par de días.
Variaciones para darle tu toque
- Con nuez: agrega pedacitos de nuez a la cajeta, le da un crujido delicioso.
- Con masa de hojaldre: si vas con prisas, usa hojaldre ya hecho. Quedan diferentes, pero igual de buenas.
- Empanaditas fritas: si prefieres, puedes freírlas en vez de hornear. Quedan más doradas y crujientes.
Y ahora sí, a disfrutar
Saca las empanaditas del horno, deja que enfríen (aunque yo nunca aguanto tanto) y a disfrutar. Van de maravilla con un café, un vasito de leche o como postre después de una comida fuerte. Mira, si te sobra alguna (lo dudo), puedes hasta congelarlas.
Las empanaditas de cajeta no solo son fáciles de hacer, también son ese tipo de receta que te hace quedar bien sin complicarte. Práctica, sabrosa y con ese saborcito a hogar que tanto gusta.
Y ya está, ¡así de simple y rico!