Pastel casero de naranja y nueces: fácil, jugoso y con sabor a hogar

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Te cuento un secreto: este pastel casero de naranja y nueces es el que siempre me salva cuando quiero quedar bien con visitas... o simplemente darme un gustazo sin complicaciones.

Y lo mejor de todo, ¡huele a domingo en casa de la abuela! Con ese aroma a naranja fresca y ese crujiente de nueces que, uff, ya verás...

Ingredientes que seguro tienes en casa (o casi)

  • 3 huevos
  • 150 g de azúcar
  • 1 pizca de sal
  • 1 cucharadita de esencia de vainilla
  • 130 ml de aceite vegetal (yo uso girasol, pero el que tengas va bien)
  • 150 ml de zumo de naranja natural (recién exprimido, ¿vale?)
  • Ralladura de 1 naranja
  • 300 g de harina de trigo común
  • 15 g de polvo de hornear (tipo Royal)
  • 100 g de nueces picadas (si están tostadas, más rico)

Ah, y un molde de unos 24 cm que deberías engrasar y enharinar antes de empezar, que luego todo es correr.

Vamos al lío: preparación paso a paso

  1. Primero, calienta el horno a 180 °C. Sí, de entrada, porque este pastel se hace rápido.
  2. En un bol grande, bate los huevos con el azúcar y la pizquita de sal hasta que quede espumoso. Si tienes batidora eléctrica, mejor, pero a mano también se puede.
  3. Añade la vainilla, el aceite, el zumo y la ralladura de naranja. Mezcla todo bien hasta que huela a gloria.
  4. Ahora incorpora la harina tamizada con el polvo de hornear. Hazlo poco a poco, sin prisa, con movimientos suaves. No queremos que se baje.
  5. Agrega 70 g de las nueces picadas. Mezcla con cariño, que queden bien repartidas.
  6. Vierte la mezcla en el molde y decora con las nueces que te quedan por encima. Ya verás qué pinta.
  7. Al horno. Entre 35 y 40 minutos, o hasta que al pinchar con un palillo salga seco. (No abras el horno antes de los 30 minutos, ¿eh?)

Consejillos de barrio

  • Si te gusta con un toque más dulce, puedes espolvorear azúcar glas al final.
  • En invierno, este pastel con una taza de chocolate caliente es lo más.
  • Para darle un aire navideño, mete canela o clavo molido en la mezcla. Poquito, que no tape el sabor de la naranja.

Un final feliz (para todos)

Este pastel es ideal para meriendas, cafecitos con amigas, o cuando necesitas un apapacho sin motivo. Sale jugoso, con el punto justo de dulzor y ese contraste crujiente de las nueces que, mira, es adictivo.

Próxima vez que tengas naranjas dando vueltas por la cocina, ya sabes qué hacer. ¡Y si lo pruebas, cuéntame cómo te salió!